Desde 1966 a la fecha, Guatemala ya tuvo 17 presidentes, pero los pueblos indígenas jamás tuvieron la oportunidad de presentar una candidatura indígena propia, con excepción de Dña. Rigoberta Menchú. En los hechos, la gran mayoría de indígenas habilitados para sufragar, por no estar organizados políticamente, y por su condición de colonialidad, siempre votó por criollos, ricos. Votaron, más nunca eligieron, quizás.

El próximo 16 de junio, cerca de 8 millones de guatemaltecos ( provenientes de los pueblos Maya, Xinca, Garífuna y Mestizo) elegirán al 75 Presidente de Guatemala, desde 1821. Y al 7º, después de la firma de los Acuerdos de Paz (1996). En total los candidatos presidenciales para las próximas elecciones son 20. Según datos oficiales 2015, el 42% de la población de Guatemala es indígena.

En dicha contienda electoral, donde también se elegirán 160 diputados nacionales, 340 corporaciones municipales, y 20 diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), compiten, por primera vez en la historia de la bicentenaria República, 3 indígenas mayas como candidatos a la presidencia, y 2 indígenas mayas a la vicepresidencia.

¿Desde cuándo votan los indígenas en Guatemala?

El voto universal en Guatemala recién se instituyó en la Constitución Política de la República de 1966. Hasta ese entonces, las y los analfabetos, que casi en su totalidad eran indígenas, eran excluidos del ritual de las urnas bajo el argumento de: “Los indios por su analfabetismo son manipulables. Carecen de conciencia política. No merecen votar”.

Desde 1966 a la fecha, Guatemala ya tuvo 17 presidentes, pero los pueblos indígenas jamás tuvieron la oportunidad de presentar una candidatura indígena propia, con excepción de Dña. Rigoberta Menchú. En los hechos, la gran mayoría de indígenas habilitados para sufragar, por no estar organizados políticamente, y por su condición de colonialidad, siempre votó por criollos, ricos. Votaron, más nunca eligieron, quizás.

¿Por qué partidos van los candidatos indígenas a la presidencia?

Las organizaciones políticas que llevan candidatos indígenas a la presidencia son: Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) lleva como candidato a la presidencia a Pablo Ceto, maya ixil, ingeniero de profesión, actual Diputado en el PARLACEN por el mismo partido. Su vicepresidenta también es maya. Este partido nació a finales del pasado siglo, y desde entonces, siempre fue dirigido por mestizos, y siempre logró algún curul en el Congreso de la República.

El partido CONVERGENCIA, tiene como candidato presidencial a Benito Morales, maya quiché, abogado de profesión. CONVERGENCIA es la mutación nominal de ANN, fundado por Pablo Monsanto, ex comandante de una guerrilla (actualmente candidato a Diputado en primera casilla por listado nacional). Al momento tiene 3 diputados en el Congreso de la República.

El Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), de reciente creación por las comunidades indígenas y campesinas en resistencia de Guatemala, tiene como candidata a la presidencia a Thelma Cabrera, maya mam.

También está la organización WINAQ, autodenominado partido indígena, que lleva de candidata a la vicepresidencia a Liliana Hernández, maya quiché, abogada de profesión. Su candidato a la presidencia es un académico mestizo. Fue fundada por Rigoberta Menchú. Actualmente tiene un Diputado en el Congreso, quien es también candidato al PARLACEN.

¿Qué agendas representan los candidatos indígenas?

De los tres candidatos presidenciales indígenas, la única que expresamente propone la nacionalización de bienes y servicios privatizados es Thelma Cabrera. Además, esta defensora maya, quien organizó y dirigió centenares de comunidades indígenas y campesinas en resistencia a nivel nacional, plantea como principal tarea la convocatoria a un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional con la finalidad de crear un Estado Plurinacional con autonomías territoriales donde los pueblos puedan ejercer plenamente sus derechos colectivos e individuales.

Los otros dos candidatos indígenas, muy a pesar de contar con un título profesional y trayectoria laboral en beneficio de comunidades indígenas, no plantean expresamente cambios estructurales que superen los males congénitos del Estado criollo etnofágico, colonizador de territorios y pueblos indígenas.

Pueda que el “silencio” sobre cambios estructurales en el Estado, o la ausencia del debate sobre el neoliberalismo, sea parte del pragmatismo electoral indígena, o sea una negativa, al fin de cuentas, por parte de los partidos de “izquierda” por las que candidatean. Pero, lo cierto es que estos candidatos indígenas, con sus “silencios”, no sólo afianzan al violento sistema neoliberal hegemónico, y al imperialismo predador de derechos indígenas, sino también se alejan aún más de las comunidades indígenas y campesinas insubordinadas al violento saqueo empresa-estatal.