Guatemala, tu salvador no vendrá ni del Vaticano, ni de Washington. Tu salvador habita en vos. Vos sos tu redentor. Pero para ello tienes que hacer un camino de liberación hacia adentro, repudiando los «frijoles de la USAID» y las «hostias del Vaticano».

Hace aproximadamente un año atrás, (10/2019) el Vaticano era ovacionado, por moros y cristianos en Guatemala, porque el Papa Francisco nombraba como Cardenal del país al Obispo Álvaro Ramazzini.

Ramazzini, por sus actos de caridad y opiniones sobre la realidad nacional, ya gozaba de simpatía nacional. Incluso, muy a pesar de su postura en defensa de una empresa ilegítima de hidroeléctrica en el norte del país, por algunos sectores populares era «voceado como potencial candidato presidencial». Y, al ser nombrado Príncipe del Vaticano, fue aclamado en el país centroamericano como el «redentor purpurado para la Guatemala sufrida».

Hace unas horas atrás, el aclamado Príncipe del Vaticano, en un contexto incómodo para la Jerarquía Católica de Guatemala, luego de su respaldo al impopular gobierno de Guatemala, apareció defendiendo la «honestidad» del Gobierno actual y exigiendo «pruebas contra el Presidente Giammattei» a todos cuantos protestan en las calles gritando: «Renuncia Ya» «Dónde está el dinero» «Dónde están las vacunas».

Sí, aunque Ud. no lo crea. En un país donde más de 10 mil personas murieron por el deficitario manejo del covid19, muy a pesar de los préstamos de millones de dólares adquiridos por el Estado. ¡El Gobierno supuestamente pagó por adelantado a los rusos por vacunas que no llegan! ¡El Presidente de Guatemala cobra el salario más alto de la región, en el país con más niños desnutridos del Continente!… Pero, para el Vaticano, «en defensa de la democracia» el Gobierno de Guatemala es honesto, y quien diga lo contrario debe presentar pruebas.

Ante esta «revelación de la defensa y legitimación del letal poder oligárquico por parte del Vaticano, las y los fieles creyentes que «desde las calles exigían la renuncia de Giammattei y de Consuelo Porras, la Fiscal General», ahora, se encuentran «sin horizontes morales» como «ovejas sin pastor».

Otro tanto ocurre con la actitud o psicología providencialista colectiva en Guatemala frente al Gobierno norteamericano. Por historia, indígenas y mestizos saben que la «desgracia del país provino de Washington, y la Embajada impregna su sello en la triste suerte del país», pero casi nadie se atreve a cuestionar o increpar a la presencia «caritativa» norteamericana en este país centroamericano.

Cualquier presencia de cualquier emisario del Estado norteamericano en Guatemala es recibido con algarabía, no sólo por los funcionarios públicos de Guatemala, sino también por integrantes de lo que llaman «sociedad civil». Indígenas y mestizos, disfruten o no de la caridad de la USAID, expresan sus quejas o sus gratitudes ante los «emisarios yankes» como si estuviesen ante la presencia de algún emisario divino.

Y así, congresistas o emisarios gringos, con sus twitt frívolos contra la corrupción (made in USA) en Guatemala hacen aplaudir a los indignados como si se tratase de una «jaculatoria sacra» de seres celestiales en una tierra habitada por el mal.

Esta dependencia moral y casi existencial de la voluntad de Washington y del Vaticano, en una bicentenaria República independiente, no sólo impide al país caminar sobre sus propias piernas y seguir sus propias ideas, sino que anula psicológica e intelectualmente la posibilidad de la emancipación política. ¡Es imposible la liberación si las y los oprimidos continúan amando o creyendo en la benevolencia de sus opresores!

Guatemala, tu salvador no vendrá ni del Vaticano, ni de Washington. Tu salvador habita en vos. Vos sos tu redentor. Pero para ello tienes que hacer un camino de liberación hacia adentro, repudiando los «frijoles de la USAID» y las «hostias del Vaticano».