
Celebrar el cumpleaños de la Madre Tierra significa pensar y celebrar la difícil existencia propia de la Madre Tierra, con identidad, dignidad, derechos, historias propias. Si seguimos recordando el 22 de abril con la única finalidad de sensibilizar o buscar el bienestar humano en el Planeta, seguimos en el autodestructivo camino del antropocentrismo.