Ollantay Itzamná

Mary Fields. Negra, leyenda

En el vasto territorios del Viejo Oeste de los EEUU., donde la leyenda y la realidad se entrelazan, emerge la figura imponente de Mary Fields, una mujer negra libre que desafió las convenciones y forjó su propio camino con una determinación inquebrantable. Nacida en la esclavitud alrededor de 1832 en Tennessee, Mary, conocida afectuosamente como «Stagecoach Mary», vivió en un contexto sociohistórico marcado por la brutalidad de la esclavitud, la inestabilidad de la reconstrucción y la persistencia de un racismo y machismo sistémicos que buscaban confinar a las mujeres, y en particular a las mujeres negras, a roles sumisos y sin voz.

La vida de Mary estuvo plagada de luchas constantes. Tras la Guerra Civil y la emancipación, se dirigió a Ohio y trabajó en conventos, donde su carácter fuerte y su independencia ya eran evidentes. Sin embargo, fue en Montana, donde se estableció a finales del siglo XIX, donde su leyenda realmente floreció. A pesar de ser una mujer negra en un mundo dominado por hombres blancos, Mary se convirtió en la primera mujer afroamericana en trabajar para el Servicio Postal de Estados Unidos. Enfrentó el racismo y machismo de la época con una audacia asombrosa. Se decía que medía casi dos metros, fumaba puros, llevaba dos armas de fuego y no temía enfrentarse a nadie, ya fueran bandidos, lobos o cualquier persona que intentara obstaculizar su camino. Su temperamento fogoso era tan famoso como su lealtad, y no dudaba en usar la fuerza si la situación lo requería para proteger su ruta de correo o a aquellos a quienes cuidaba.

Pero más allá de su reputación de mujer ruda, Mary Fields poseía un profundo amor por los demás. Su lealtad a la Madre Superiora Amadeus, quien la rescató de una situación precaria en Ohio y con quien mantuvo una amistad inquebrantable, es un testimonio de su capacidad para el afecto. Trabajó incansablemente para el convento de las Ursulinas en Montana, realizando tareas que iban desde la lavandería hasta la jardinería y la construcción. Su compromiso con la comunidad y su disposición a ayudar a los necesitados la hicieron una figura querida y respetada, incluso por aquellos que inicialmente pudieron haberla juzgado por su raza o género. En una época de hostilidad y prejuicio, Mary construyó puentes a través de su trabajo duro, su honestidad y su innegable humanidad.

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