
Las víctimas de abusos físicos, psicológicos, sexuales y económicos de la organización religiosa de origen peruano Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), suprimida por el Papa Francisco, pidieron este jueves, 29 de mayo, en Lima, una audiencia con León XIV para que se ejecute y finiquite las responsabilidades establecidas al entonces SVC para así satisfacer las los derechos a las víctimas de dicha ex organización religiosa.
La organización Sodalicio, fundada por laicos católicos jóvenes en la década de los 70 del pasado siglo, con su relato de mensaje de «depositarios y/o restauradores de la sana doctrina y tradición católica, se crecieron y se expandieron hasta en más de 20 países del Continente, especialmente en nichos sociales medios y medios altos. Acumularon grandes caudales de propiedades, mediante diversas iniciativas empresariales. Incluso contaban hasta con tres congregaciones de vida religiosa en las cuales adoctrinaban y disciplinaban a sus adeptos y fieles, al límite de caer en ilegalidades e inmoralidades, causas para su disolución ordenada por el Papa Francisco en 2025.
Esta «sacra orden criminal», en nombre de Dios, no sólo obtuvo donaciones de bienes y negocios turbios, sino extorsionó incluso a comunidades campesinas para despojarles las tierras comunales para sus inmobiliarias. El caso de los campesinos de Catacaos fue un escándalo mundial. Al final, también dichos campesinos fueron favorecidos por la determinación del Papa Francisco… Pero, como dijeron en la reciente y primera conferencia de prensa en conjunto (campesinos y urbanos afectos por Sodalicio) tampoco ellos fueron notificados con el Decreto Papal, mucho menos saben en qué situación jurídico eclesial se encuentra ante la disolución de SVC.