
Hoy, 24 de julio de 2025, el calendario oficial marca el 242 aniversario del nacimiento de Simón Bolívar. Para los bicentenarios estados de Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia, esta fecha es una celebración del «Libertador» que puso fin a la dominación española y sentó las bases de sus repúblicas. La historia oficial lo eleva como el arquitecto de la independencia y el artífice de la libertad en el Continente.
Una mirada crítica a la herencia de Bolívar
Sin embargo, para los pueblos originarios de estos territorios, la figura de Bolívar y el legado de las repúblicas que ayudó a fundar presentan una realidad mucho más compleja y dolorosa. Desde esta perspectiva, Bolívar es percibido no solo como el padre de las naciones libres de España, sino también como el cimiento de repúblicas coloniales que perpetuaron y, en muchos casos, intensificaron la dominación y subalternización de las mayorías indígenas.
La continuidad de la colonización
Los estados que emergieron de las guerras de independencia, a pesar de sus discursos de libertad y soberanía, adoptaron estructuras y lógicas coloniales. El poder se trasladó de la metrópoli española a élites criollas que, aunque nacidas en el Continente, mantuvieron y consolidaron sistemas de explotación y discriminación contra los pueblos indígenas. Las tierras ancestrales fueron confiscadas, las culturas e idiomas menospreciados, y los sistemas jurídicos impuestos ignoraron y suprimieron las formas de organización y justicia propias de los pueblos originarios. La maquinaria de estas repúblicas coloniales ha operado, desde entonces, como un instrumento de control y opresión, administrado por una minoría en detrimento de las grandes mayorías subalternizadas.
El caso peruano: Una evidencia innegable
El Estado peruano es un claro ejemplo de esta continuidad colonial. A pesar de más de dos siglos de existencia republicana, la persecución y el asesinato impune de aborígenes por parte del Estado criollo limeño en nombre de una supuesta «democracia patronal» son una trágica evidencia. Las protestas por sus derechos, la defensa de sus territorios y bienes, y la exigencia de respeto a su identidad cultural son frecuentemente reprimidas con violencia estatal. Esto demuestra que, para los pueblos originarios, la descolonización y la emancipación son tareas pendientes, muy a pesar de los 242 años del nacimiento de Simón Bolívar y la celebración oficial de la independencia.
Seguimos buscando la justicia. Porque a la muerte de Bolívar los mantuanos tomaron el poder. Y en Perú con más fuerza porque ellos (los mantuanos) querían un principado o reinado y la burguesía peruana es muy racista.