Ollantay Itzamná

El domingo 16 de noviembre ha marcado un punto de inflexión en la disputa por el poder y el sentido en el Continente, evidenciando que, pese a las presiones externas, la soberanía popular se ejerce en las urnas. Los resultados en Ecuador y Chile reflejan tendencias políticas divergentes y una clara polarización en la región.

Ecuador: Revés constitucional para Daniel Noboa
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sufrió su primer gran revés político al ser rechazadas contundentemente las tres preguntas de su Referéndum Constitucional y la Consulta Popular que, en la práctica, buscaba darle carta blanca para reescribir la Constitución mediante una nueva Asamblea Constituyente.

Derrota en el referéndum: Los ecuatorianos dijeron «No» a las propuestas de Noboa, que incluían:

Permitir la instalación de bases militares extranjeras (interpretado como pro-norteamericano en la narrativa regional).

Eliminar la financiación estatal de los partidos políticos.

Reducir el número de asambleístas.

Significado político: El «No» a estas reformas y especialmente al llamado a una Constituyente es un freno directo a la agenda de profunda reforma constitucional que el mandatario impulsaba. Si bien Noboa (identificado por su perfil neoliberal) asumió que la crisis de seguridad le otorgaría un amplio apoyo para cualquier cambio, el resultado demuestra el agotamiento ciudadano ante la constante votación (séptima cita en dos años) y la desafección hacia procesos constituyentes sin claridad. El pueblo ha optado por mantener el statu quo constitucional ante propuestas percibidas como riesgosas o insuficientemente explicadas.

Chile: La izquierda pasa a segunda vuelta con Jeannette Jara
En las elecciones generales de Chile, la izquierda oficialista logró un avance significativo. La candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, exministra del gobierno de Gabriel Boric, se impuso en la primera vuelta y pasa a la segunda vuelta presidencial, tal como lo proyectaban las encuestas al liderar la votación con un porcentaje en torno al 30-35%.

Polarización confirmada: Jara enfrentará en el balotaje (programado para diciembre) al candidato de ultraderecha, José Antonio Kast. Este resultado ratifica una profunda polarización en la sociedad chilena, donde la contienda se define entre la continuidad de las políticas progresistas/sociales y la restauración de un orden más conservador y neoliberal.

Desafío del balotaje: A pesar de ganar la primera vuelta, Jara enfrenta un desafío «titánico», ya que la suma de los votos obtenidos por las distintas opciones de derecha y centroderecha supera el respaldo obtenido por la izquierda, lo que augura una segunda vuelta muy reñida e impredecible.

Implicaciones continentales: El capricho de la urna
Los dos procesos electorales, celebrados el mismo día, subrayan una dinámica de tensión en Latinoamérica:

Rechazo al neoliberalismo extremo: El rotundo «No» a las propuestas de Daniel Noboa, especialmente la de bases militares extranjeras y el cheque en blanco constitucional, sugiere una resistencia popular a la injerencia o a las medidas que se perciben como demasiado alineadas con intereses externos o con una agenda de derecha radical. Es un límite impuesto a la hegemonía neoliberal pro-norteamericana en un momento de gran crisis.

Vigencia de la izquierda: El paso de Jeannette Jara a la segunda vuelta en Chile, una de las economías más grandes del Cono Sur y un país con una larga historia de vaivenes políticos, demuestra que las fuerzas de izquierda y comunistas mantienen su vigencia y capacidad de movilización electoral como opción de poder, a pesar del avance global de la ultraderecha.
En ambos casos, es la voluntad del pueblo, expresada en las urnas y el sentido de soberanía popular, la que ha determinado el rumbo inmediato de las naciones, muy a pesar de las narrativas o deseos de potencias extranjeras.

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