Quizás sea uno de los pocos activistas teólogos de la Liberación, que iluminó la fe entusiasta y comprometida de las comunidades eclesiales de base desde la segunda mitad del pasado siglo en el Continente, que al momento persevera activo, muy a pesar del peso de las 8 décadas de vida prolija intelectual comprometida.
Leonardo Boff, con sus 85 años de vida, es uno de los Profetas de la Tierra más prominentes y perseverantes de Abya Yala.
Quizás sea uno de los pocos activistas teólogos de la Liberación, que iluminó la fe entusiasta y comprometida de las comunidades eclesiales de base desde la segunda mitad del pasado siglo en el Continente, que al momento persevera activo, muy a pesar del peso de las 8 décadas de vida prolija intelectual comprometida.
Las y los creyentes que nacieron después de la «caída del Muro de Berlín» desconocen aquella apofantica época de la efervescencia de las teologías de la Liberación que lograron traer hacia la «Tierra» al desconocido y lejano Dios cristiano. Teologías que a su vez estimularon la esperanza recargada de que «el Reino de Dios en la Tierra» estaba a la vuelta de la esquina. Y, en consecuencia, valía la pena «inmolarse» en las guerrillas incluso para hacer posible la inevitable «revolución escatológica», la segunda venida de Jesucristo que instauraría el Reinado de Dios con los Pobres de Abya Yala.
Pero, llegó el quinto centenario de la evangelización (quinto centenario de la invasión y de la cristiandad en América) bajo el papado de Juan Pablo II, y las teologías de la Liberación fueron aniquiladas, junto a sus teólogos, desde el Vaticano.
Así, asistimos al nuevo milenio, al mundo unipolar, a la revolución de la inteligencia artificial… la revolución del Reinado de Dios no llegó. Situación que frustró a la gran mayoría de los y las teólogas y a sus seguidoras. Y así se «extinguió» la esperanza político religiosa por las transformaciones estructurales en los diferentes países del Continente.
Esperanzas bajo las cenizas neoliberales
Como las esperanzas no mueren, sólo se transforman, en las últimas décadas, acelerados por los nefastos impactos del neoliberalismo, del colonialismo vigente, diferentes movimientos populares en el Continente emprenden procesos de su emancipación, disputando el poder político y el poder cultural a los ricos. En muchos casos, dichos procesos se anclan en la mística plural que tienen mucho del «recuerdo» de lo que fueron las premisas constitutivas de las teologías de la Liberación.
Guatemala es uno de los pocos países del Continente que no logra aún identificar sus males constitutivos, y en consecuencia no se atreve a cuestionarlos, mucho menos emprender procesos de consensos para cambios estructurales y profundos.
En los últimos días, al igual que en el 2015, el país vivió protestas sociales, durante varias semanas, convocadas por dirigentes indígenas. Pero, las demandas «populares», nucleadas en nichos indígenas, no pasaban de exigir renuncia de funcionarios públicos, el fortalecimiento de la democracia patronal y el racista Estado nación etnofágico bicentenario. Además, los dirigentes públicamente muy afines a la Embajada norteamericana, la USAID, al sector empresarial del país, y a la OEA.
En este contexto, la visita de Leonado Boff a Guatemala, organizado por religiosos ecuménicos, es significativo y oportuno.
El Profeta de la Tierra, autor de más de un centenar de libros, entre los cuales destellan obras como: «Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres «, 1995, «El doloroso parto de la Madre Tierra», 2022, con seguridad traerá muchos mensajes performativos sobre los múltiples y simultáneos desequilibrios de la Tierra y en la Tierra, así como la urgente necesidad de identificar a los malhechores históricos de países como Guatemala, sus males constitutivos, y la urgente tarea de superarlos mediante procesos de transformaciones profundas.
La pandemia no nos silenció aún. Sigamos cultivando las ideas desde nuestros huertos
Panamá es el cuarto país en la región centroamericana en prohibir el otorgamiento de licencias mineras metálicas, luego de vivir una de las olas de protestas sociales más grandes de los últimos años, a raíz de la renovación del contrato por 20 años a favor de la empresa Minera Panamá, perteneciente a la canadiense First Quantum Minerals (FQM)
Esta protesta social que ya lleva 6 días, colocando en vilo al gobierno y a la élite política, fue convocada por el sindicado de la industria de construcción, luego se sumaron los de educación, salud, indígenas, y sectores organizados y no organizados del país. Cerca de 40 puntos camineros del país se encuentran tomados. No hay clases escolares, ni atención en los hospitales. Iglesia Católica y sector empresarial también piden al gobierno la moratoria minera para calmar el conflicto.
“El resultado de esta aceptación de la idea capitalista de la tierra no es únicamente el individualismo, ni el despojo de la tierra. El mayor resultado es el empobrecimiento, mayor endeudamiento, el analfabetismo, la mala alimentación, la desnutrición y la muerte anunciada.” Concluyó Emilio Girón
Celebrar el cumpleaños de la Madre Tierra significa pensar y celebrar la difícil existencia propia de la Madre Tierra, con identidad, dignidad, derechos, historias propias. Si seguimos recordando el 22 de abril con la única finalidad de sensibilizar o buscar el bienestar humano en el Planeta, seguimos en el autodestructivo camino del antropocentrismo.