¿A qué llamamos RESISTENCIA los pueblos originarios?

Indígenas de Sololá, Guatemala. O.I.

Hacer con y junto al patrón y con el Imperio es cualquier acto, menos resistencia de los pueblos. Por este tipo de «desvaríos indígenas» el colonialismo y el saqueo de los pueblos perdura siglos.

En todos los tiempos, los poderes hegemónicos coloniales cooptaron, no sólo a actores insubordinados, sino también se apropiaron de l9s símbolos/banderas de luchas de los pueblos, de sus relatos, de sus consignas. Obviamente se apropian quitándoles su espíritu de rebeldía y de liberación, castrándolas de sus potencias políticas, y folclorizándolos para reoxigenar el sistema colonial.

En Guatemala, para «defender» la racista democracia criolla, y revitalizar al etnofágico bicentenario Estado nación, organizaciones indígenas y ladinas emprenden una acción colectiva de protesta, ya por más de 3 meses consecutivos, frente a la sede del Ministerio Público (MP). A ese acto de protesta denomina eufemísticamente: «resistencia» de los pueblos.

Analicemos la categoría de resistencia indígena

La resistencia, para los pueblos, consiste en oponerse a los abusos de la colonización o saqueo de los territorios por parte de los opresores. La resistencia esencialmente implica la batalla por la liberación de los pueblos.

Resistencia es un proceso de rebeldía colectiva contra los patrones, contra sus instituciones y constituciones de dominación. La resistencia jamás será junto al patrón, ni tampoco en defensa de las instituciones patronales.

Analicemos la «resistencia» de los pueblos por la democracia frente al MP, en Guatemala

Los principales interesados en que la democracia patronal siga vigente son la Embajada norteamericana y la oligarquía obediente a los EEUU. Nunca, y en ningún país del Continente, los agentes del Estado de los EEUU se había interesado tanto en la «democracia electoral» como actualmente lo hacen con Guatemala. ¡Al Imperio colonizador le interesa que su «laboratorio de progresismo» made in USA funcione en Guatemala para replicar en el Continente, y así mantener su hegemonía.

Las organizaciones indígenas como los 48 Cantones, que nuclean la «resistencia de los pueblos», reciben públicamente financiamiento de la cooperación gringa (USAID)  para sus proyectos de desarrollo. E irónicamente, en la Guatemala actual, las demandas del gobierno norteamericano,  las demandas de la OEA y las de los » pueblos en resistencia» son las mismas. Y están en las mismas apuestas.

En cuanto a las demandas de esa «acción de resistencia» no son nada emanciparorias para los pueblos. Es para fortalecer el látigo de la democracia patronal que surca las espaldas ensangrentadas de indígenas, ya por décadas. Ese acto de resistencia no es en demanda de un Estado plurinacional, o por la autodeterminación de los pueblos, o en defensa de los territorios… ¡Es para fortalecer al bicentenario racista Estado criollo que desmanteló las tierras comunales indígenas!

Lo que se hace junto con el patrón, o con el beneplácito patronal no puede denominarse accion de resistencia de los pueblos. Mucho menos lo que se hace en «camaradería» con los agentes coloniales o imperiales.

La acción colectiva en defensa o para fortalecer el látigo de la democracia patronal,  postergando las demandas emancipatorias de los pueblos, no se puede llamar resistencia de los pueblos. Mucho menos lo que se hace para reoxigenar al sanguinario Estado criollo racista.

La resistencia de los pueblos es constitutivamente político emancipatorio. La resistencia es el antídoto al colonialismo imperial y oligárquico. No hay resistencia de los pueblos pro EEUU. No hay resistencia de los pueblos pro Estado criollo genocida.

Hacer con y junto al patrón y con el Imperio es cualquier acto, menos resistencia de los pueblos. Por este tipo de «desvaríos indígenas» el colonialismo y el saqueo de los pueblos perdura siglos.

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